sábado, 18 de abril de 2009

Introducción

no me copies...

Ésta tarde es una de esas en que te sientas frente a la ventana con un cojín entre tus bazos y ves caer gota a gota la lluvia... No te importa nada: el tiempo, el ruido, la gente...sólo está la gota cayendo y tú. Sin apenas respirar, ves cómo se precipita al vacío. Te gusta estar así, sin que nadie te moleste, sentir de algún modo lo carente de significado que es para ti el tiempo, sentir su velocidad y como se pierde en el mismo tiempo... sentir de alguna manera que aún te queda mucho tiempo que gastar... sentir que estas viva por el tiempo que vendrá. A quién voy a engañar... se nota a la legua que estoy deprimida... después de llamarme cien veces y de que mi madre casi se desesperara he girado unos milímetros la cabeza en su dirección, he gesticulado un casi insonoro e incomprensible sonido -con el que quiero transmitir que una parte de mi cerebro se ha conectado otra vez al mundo y que la está atendiendo-. Creo que me ha dicho algo de una visita, no sé, no estoy en mis totales cabales como para retener cierta información carente de importancia en mi actual estado...

1 comentario:

  1. Este fragmento es el principio de un cuentecillo que escribí un día lluvioso, pero la verdad es que no estaba deprimida, no se porqué me saldría así...

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