domingo, 27 de marzo de 2011

Legaz Marina

Después de una tarde de risas, bailoteos, canciones, introducciones, charlas, cotilleos, decir palabras sin sentido y cambiándolas totalmente (se "ticula"), ir y venir, salir, volver, abrazar, besar y mil cosas más... He decidido que así es como debe empezar este post dedicado a los Legaz Marina.

¿Qué pretendo?
Describiros a esta maravillosa familia a la que quiero de todo corazón.

¿Por qué?
Porque son lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
Nunca había conocido una familia así y estoy realmente feliz de haberlo hecho.

¿Desde cuándo les conozco?
Desde hace medio año, sí, unos seis o siete meses...
Y todo gracias a la "sabia y difícil decisión" que tomé a final del curso pasado de ir a estudiar el Bachillerato al Jesús-María, como mis hermanas.
Ahora sé que esa fue la decisión correcta, porque gracias a ella he conocido a gente maravillosa: Ester, Paloma, Nidia, Davo, Miguel, Suso...
Es IN-CRE-Í-BLE lo mucho que puede influir en nuestra vida una sola decisión...

¿Y ya les "QUIERES"?
Sabéis de sobra que sí, siempre he tenido facilidad para tomar cariño a las personas, pero a ellos es más fácil de lo normal. Tienen algo ESPECIAL.

¿Cómo son?
No sabría describirles. No puedo (que es distinto); no por lo menos con palabras normales, vulgares, sencillas...
Pero a mi modo sí que sé, no sé si conseguiré el efecto que crean en mí, ese hechizo que flota en el aire, pero aún así, lo intentaré:
Son como:
una brisa fresca en un día caluroso de verano,
tardes de invierno al lado de la calefacción,
los distintos tonos cobre y oro del otoño,
el dulce olor a Primavera,
poder ver un atardecer de mil colores,
pasear tranquilamente por Madrid sin tener un destino fijo,
dejar que tus pasos te lleven a donde se les antoje,
el pelo volando con el viento,
escribir en una ventana cuando tiene vaho,
algo que te invita a soñar,
una buena novela que deseas que nunca termine,
una canción que llega al alma,
una película que consigue emocionar al más duro y frío corazón,
una fotografía con muchos significados,
un momento que siempre recordarás,
palabras con trasfondos escondidos,
una sonrisa furtiva,
una gran carcajada verdadera,
abrazos que dejan sin respiración...
En resumen:
un nuevo hogar,
una FAMILIA GENIAL.

Para terminar, deseo hacerles un pequeño regalo, que me ha llevado bastante tiempo y dedicación, y, del que estoy muy satisfecha.
Espero que os guste:


Con todo mi corazón y mi cariño, debo decir, por último: ¡OS QUIERO!

lunes, 14 de marzo de 2011

la Carta de Rosemond sobre "Los derechos de los niños".

"LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS"

  1. Dado que se trata de la palabra de dos letras que mejor forma el carácter, los niños tienen derecho a oír a sus padres decir "NO" al menos tres veces al día.
  2. Los niños tienen derecho a descubrir lo antes posible que sus padres no están para hacerles felices sino para ofrecerles la oportunidad de aprender las destrezas que, como niños, van a necesitar para llegar a ser felices por sí mismos.
  3. Los niños tienen derecho a gritar y protestar todo lo que quieran en relación con las decisiones de sus padres, si bien los padres tienen derecho a limitar esos gritos a ciertas zonas de la casa.
  4. Los niños tienen derecho a descubrir cuanto antes que sus padres se preocupan profundamente de ellos, pero que les importa un bledo lo que los hijos piensen de ellos como padres en un momento determinado.
  5. Por que es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, los niños tienen derecho a oir a sus padres decir "...por que lo digo yo...." con frecuencia y de forma habitual.
  6. Dado que se trata de la actividad más formativa para el carácter de las que puede desarrollar un niño, los niños tienen derecho a compartir de forma significativa las tareas del hogar.
  7. Todo niño tiene derecho a descubrir lo antes posible que no es el centro del Universo (ni de la vida de sus padres ni de otros familiares), que no es un gran pez que vive en una charca, que no es el segundo Mesías y que prácticamente no es importante en el conjunto del mundo (nadie lo es en realidad), con el fin de que no se convierta en un mocoso insoportable.
  8. Los niños tiene derecho a aprender a ser agradecidos por lo que reciben y, por tanto, tienen derecho a recibir todo aquello que necesitan de verdad y muy poco de lo que simplemente quieren.
  9. Los niños tienen derecho a aprender lo antes posible que la obediencia a la autoridad legítima es opcional, que la desobediencia acarrea consecuencias y que dichas consecuencias son memorables y, por tanto, muy persuasivas.
  10. Todo niño tiene derecho a tener unos padres que le quieran lo suficiente como para asegurarse de que disfruta de todos los derechos anteriormente expuestos.
"Sabemos que el niño también necesita experimentar la frustación, la disciplina, la dureza y las limitaciones. O, por decirlo de otro modo, sería mejor que la gratificación de las necesidades básicas fuera definida con más cuidado, porque se nos desliza fácilmente en el terreno de la indulgencia desenfrenada, la propia abnegación, la total permisividad, el exceso de protección y la adulación.
El amor y el respeto por el niño se deben integrar, al menos, con el amor y respeto por uno mismo como padre y por los adultos en general."


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Texto tomado de uno de los comentarios sobre "La Generación "Nini" (y en qué consiste querer a un hijo)" del blog: http://www.filolaberintobach.blogspot.com

miércoles, 2 de marzo de 2011

Madre, anoche en las trincheras...

Caminando por el bosque,
entre flores vi que había
una carta ensangrentada,
de cuarenta años hacía.

Era de un paracaidista
de la Octava Compañía
que a su madre le escribía
y la carta así decía:

Madre, anoche en las trincheras,
entre el fuego y la metralla,
vi a mi enemigo correr,
la noche estaba cerrada.

Apunte con mi fusil
y al tiempo que disparaba
una luz iluminó
el rostro que yo mataba.

Clavó su mirada en mí,
con sus ojos ya vacíos.
¿Madre sabe a quién maté,
a qué soldado enemigo?

Era mi amigo José,
compañero de la escuela,
con quien tanto yo jugué
a soldados y a trincheras.

Ahora el juego era verdad
y su cuerpo yace en tierra,
madre, yo quiero morir,
ya estoy harto de esta guerra.

Y si te vuelvo a escribir,
tal vez sea desde el cielo,
donde encontraré a José
y jugaremos de nuevo.

Dos claves en el agua
no se pueden marchitar,
dos amigos que se quieren
no se pueden separar.

Si mi cuerpo fuera pluma
y mi corazón tintero,
con la sangre de mis venas
te escribiría un "Te quiero".