jueves, 22 de julio de 2010

Despedida inesperada a la mejor de las conejitas


Mi peque a muerto...

He llegado a casa después del trabajo. Habría llegado antes pero me quedé a tomar algo con mi novio, normal. 
Cuando he entrado en casa mi madre me a dicho... no se que me ha dicho... algo así como "vamos a ver, limpia a Rocky y a su jaula porque hace media hora que tenía una escandalera y estaba llena de paja y la he estado limpiando...". Cuando a digo "vamos a ver.." he pensado "a muerto y me lo va a decir".... pero no, me tranquilicé al oírla terminar la frase. Cuando entré en la habitación fui directamente a su jaula mientras me quitaba la mochila. Le miré el ojo. Estaba echada. Y pensé en quitárselo. No tardé en darme cuenta de que ya no estaba... "Rocky" la llamé, me fijé en su naricita blanca pero no se movía al respirar. Me agaché, golpee la jaula por donde tenía la cabeza. Nada. Estaba muerta. Su ojito ya no brillaba, como si hubieran pintado encima. Se lo dije a mamá; "estás segura?" si... lo se... está muerta. Llamé a Carlos... con él siempre me desahogo, quiero o no. Y lloré. Dejé de estar tranquila y empecé a llorar. Oía a la madre por detrás "oh que lástima" si, mucha. 
Allí estaba mi pequeña, echadita en la jaula... con su pelo negro aun brillando... cuantas ganas tenía de abrazarla, de acariciarla... de que estuviera allí...

A los pocos minutos he corrido a encender el ordenador... tenía que escribirlo... se lo he dicho a una gran amiga... y me a dicho que venía para acá, que si quería que me acompañara a enterrarla. Le he dicho que no. No la voy a hacer venir a estar horas para un rato... o hacerla levantar a las 5 de la mañana para cavar un hoyo... No, con que haya estado ahí me basta.

No me atrevía a estar en el mismo cuarto que ella... ni siquiera he sido capaz de sacar la jaula al salón... ahora está ahí... en la entrada, esperando que pasen las horas para ser enterrada... Sólo de pensar en ese momento me da no se que... no quiero cogerla... no quiero notar su pequeño cuerpecito siempre tan caliente ahora frió... no, no quiero...

Carlos a insistido en que fue feliz mi conejito... claro, como no iba a serlo... la cuidábamos... la mimábamos... incluso mi padre el gruñón no se iba a trabajar sin haberla dicho cuatro tonterías y sin haberla acariciado su pequeña cabeza. Yo era quien más la cuidaba, normal, era mi pequeña. Estos últimos días se dejaba coger más, o era que no tenía fuerzas suficientes para escaparse. Una vez que la tenía en brazos se acurrucaba y pasaban las horas acariciándola. Creo que ayer fue la ultima vez que la cogí, se quedó en mi tripita tumbada, como solía hacer y escondía la cabeza debajo de mi brazo. Le encantaba que le tocaran la cabeza... más que cualquier otro masaje o mimo, la cabeza siempre. Ayer también le hice su última foto... le puse agua en un cuenco, últimamente no la bebía de su bebedero... y me hizo gracia verla reflejada en el agua... quería sacarla bebiendo... pero no lo conseguí... el flash no salía cuando bebía y la única foto que no borré, tiene la cara levantada y los ojos rojos... 

Que tonta... sigo llorando... se ha ido mi pequeño oasis de la casa... mi pequeña bolita peluda a la que le contaba todo... mi cosita... como me gustaba tenerla en brazos, suave y calentita... y que pelo más bonito y brillante...

Pues nada... no puedo y no creo que me quede nada por decir... Te echaré de menos Rocky. Sayonara...