Un día, al terminar las horas lectivas y saliendo de mi clase, mi corazón dio un brinco. Miré a todas partes esperando encontrar a Jack pero ya se había ido y sólo quedaban alumnos más pequeños.
- De todos modos... nunca se había puesto así... sólo cuando vi a...
Enmudecí de pronto al ver acercarse por el pasillo con paso firme pero ligereza y gracia a Eien, sin alas y con uniforme.
-¿¡Pero qué!?
Cuando llegó a mi lado su sonrisa fue como un flechazo directo a lo más profundo de mi corazón, que saltó y corrió encabritado ante su presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario